miércoles, junio 13, 2007

Olas

Mi padre era marino mercante —debería decir que todavía lo es porque, aunque ya está jubilado, ser marino es como ser director de cine: una vez que has navegado ya lo eres para siempre aunque estés en dique seco— y, gracias a eso, pude viajar mucho en barco de chico. De todos aquellos viajes siempre recordaré las marejadas. No hay nada comparable a las arfadas de un buque capeando el oleaje, nada como sentir cómo se sumerge la proa en la ola anegando la cubierta, sin saber si se alzará de nuevo y por cuántas veces aún. Es una sensación de euforia mezclada con la excitación del miedo. Igual que producir una película. Superas una ola pero sabes que vendrá otra, tal vez más grande, y sientes el placer del júbilo que se vuelve estremecimiento de pánico en un segundo. Así han sido para mí estos últimos meses, sin poder celebrar cada pequeña victoria porque había que estar siempre pendiente del siguiente embate del mar. Afortunadamente, ahora veo que la marejada va remitiendo y las olas son cada vez más pequeñas.

Ahora ya estoy preparado para saborear esos pequeños triunfos cotidianos. Ya estoy preparado para ver (y, de paso, publicar) la foto de hoy —cortesía de Alicia Fernández, nuestra jefa de vestuario, gracias Alicia—. Hoy me parece preciosa, pero en su día fue terrible. Creo que la foto lo dice todo: era el momento en que llegó el primer golpe de mar de la galerna, el más terrible: el instante en que me comunicaban la suspensión de la película en la localización en donde estábamos rodando: el cementerio de A Devesa (Ridadeo). Disfrutadla, ya es historia.

Por cierto, últimamente he recibido un montón de felicitaciones: por la marcha de la producción, por mi cumpleaños y por mi reciente “paternidad”. Aprovecho para presentaros a mi “hija”, se llama Nena, tiene ya casi dos meses y, como podéis comprobar, en los ojos ha salido a mí. La “madrinas” fueron Miriam y Nadiah. Gracias chicas. Espero que os guste porque vendrá conmigo al rodaje.

Ahora os dejo porque me voy a darle el biberón. Sed felices.