Se supone que la dirigí en “El sueño de una noche de san Juan”, donde le dio voz y vida a la brujita Faena. Y digo que se supone porque, como suele suceder en estos casos, me dirigió ella a mí poniendo a mi entera disposición todo su genio, arte, experiencia, ingenio, conocimientos y embrujo. Y, como no podía ser menos, yo me dejé dirigir e hipnotizar por la magia, el encanto y la seducción que irradiaba.
Después de trabajar diez años en el cine de animación, puedo asegurar que aquellos días con ella, Gemma Cuervo, Isabel Ordaz, Carmen Machi, José Luís Gil y Gabino Diego, entre otros, fueron los más felices de mi vida laboral porque se convirtieron en mi familia, haciéndome sentir como el niño con suerte al que todos quieren adoptar, especialmente Emma.
En este día tristísimo para el cine español, lamentando no haber tenido la oportunidad de coincidir con ella en alguna otra producción, mi única dicha es haber disfrutado de su amistad, de su compañerismo y de su talento al menos una vez. Y, por supuesto, de su gran humanidad y su irrepetible sonrisa. Descanse en paz.
2 comentarios:
Pues sí. Vaya palo. Y anoche Umbral. Está la cosa malita...
Un abrazo
Yo también la conocí, allá por 1992. Nos llevaba todas las tardes a merendar a los Meritorios. Me llamaba vasquito y era... Una gran actriz, una persona fenomenal y mi "primera actriz".
Aupa ella!
Un beso allá donde vaya.
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