jueves, noviembre 29, 2007

Cuarto peldaño: la estructura

La foto de hoy es otro rincón de Rinlo, la pequeña villa marinera de Ribadeo donde vamos a rodar la mayor parte de la película. También cortesía de Tania Vasallo y Ben Mittleman (SkyBat Studio)

Desde que en el Paleolítico Superior los guapos e inteligentes homo sapiens –y posiblemente también sus primos hermanos, los deslucidos y menos aventajados neandertales– se apiñaban en las cavernas, alrededor de sus pinturas rupestres, para contarse
, por ejemplo, cómo había ido la cacería del día anterior, utilizaban ya la misma estructura que hoy empleamos para narrar cualquier género de historias: chistes, chascarrillos, cuentos, novelas, cómic, vodevil, óperas, zarzuelas, poemas, obras de teatro, cortos o largometrajes cinematográficos.

Cualesquiera manifestaciones narrativas tienen en común una lógica y natural disposición orgánica. El primero en teorizar sobre este axioma fue el preclaro Aristóteles (no sé si guapo o feo pero, sin duda, mucho más perspicaz que nuestros antecesores de la edad de la piedra tallada) en su Poética:

"...es cosa manifiesta que se han de componer las fábulas como las representaciones dramáticas en las tragedias, dirigiéndose a una acción total y perfecta que tenga principio, medio y fin, para que, al modo de un viviente sin mengua ni sobra, deleite con su natural belleza, y no sea semejante a las historias ordinarias...

El guión, como cimiento fundamental e imprescindible de cualquier obra cinematográfica, debe seguir a pie juntillas este precepto como condición sine qua non para un correcto funcionamiento de la historia, esto es, para una natural progresión de la acción en la que cada intervalo la haga avanzar hasta su resolución final. O, como dice Linda Seger en “El arte de la adaptación” (Ediciones Rialp, 1993):

Al definir principio, medio y final, estás definiendo los actos primero, segundo y tercero de la historia. Has comenzado a dar a tu historia una forma dramática. Y al desarrollar tu argumento en estos términos dramáticos, has comenzado también a modelarlo en la forma propia de un guión cinematográfico.”

Así, podemos concluir que un guión cinematográfico se estructura en tres actos, a saber:

* Primer acto o PRESENTACIÓN, donde conoceremos a los personajes, su entorno y expondremos los antecedentes de la historia.

* Segundo acto o NUDO, donde desarrollaremos la historia en sí, encaminada a resolver un problema y conseguir un determinado objetivo.

* Tercer acto o DESENLACE, donde ineludiblemente resolveremos la historia.

Cada uno de estos actos comienza y termina en unos determinados puntos que, como era de esperar, no son fortuitos ni casuales. Esos puntos de los que ya hemos hablado para desarrollar nuestra síntesis o story-line en el segundo peldaño. Hete aquí que el primer acto empieza con el catalizador de apertura (CA) y finaliza con el primer punto de giro (PPG), justo donde comienza el segundo acto que, a su vez, termina en el segundo punto de giro (SPG), principio del tercer y último acto. Ocurre que, como en la música, para que un guión tenga un tempo o ritmo adecuado, éste debe precisarse con exactitud matemática, exactamente igual que el compás marcado por un metrónomo.

Como hemos visto, la mayor parte de nuestro argumento se desarrollará en el segundo acto, por lo tanto, no debemos extendernos demasiado en la presentación ni tampoco en el desenlace, para no aburrir al futuro espectador con demasiadas florituras previas al inicio del problema (PPG) o posteriores a la consecución del objetivo (SPG). Como regla general, el primer acto no debe durar más de ¼ de la duración total de la película o guión y, el tercer acto, nunca podría exceder 1/5 de ese mismo tiempo.

Por ejemplo, para una película convencional de unos 100 minutos (o guión de 100 páginas), la extensión adecuada —o ideal— de cada acto sería la siguiente: Primer acto, como máximo 20 páginas; segundo acto, unas 60 páginas, de la página 21 a la 81 aproximadamente; y tercer acto, también como máximo 18 páginas, de la 82 a la 100.

Dentro de la estructura de tres actos existe otro punto importante en el que hemos de pensar antes de iniciar la escritura del guión. El Punto Medio (PM) que divide en segundo acto en dos partes iguales, es decir, justo a mitad de la película. Aunque no tiene la misma importancia que los puntos de giro, representa un momento en el que conviene subir la intensidad del film y el interés del espectador (de hecho, normalmente suele ser una escena de acción explícita o implícita).

Pero, como dice el refrán, “cada maestrillo, con su librillo”, es decir, cada profesional utiliza su propio sistema para, al final, alcanzar la misma meta. Yo he estudiado varios métodos: las olas de Linda Seger, el paradigma de Syd Field, el tratamiento de Dwight Swain, los diagramas de Doc Comparato, la metodología de Antoine Cucca, la premisa de Lajos Egri o el viaje mitológico de Chistopher Vogler… Como son siete, creo que dedicaré cada día de la semana que viene a haceros un resumen de cada uno, merece la pena porque son muy interesantes aunque, en el fondo, todos se reducen a contar lo mismo de diversas formas.

Por supuesto las reglas existen, entre otras, cosas para ser rotas. Pero, ¡ojo!, primero hay que conocerlas. Verbigracia, yo he visto algunos largometrajes en los que el conflicto estaba a la mitad de la película, pero eran más aburridos que ver crecer una seta.

Para explicarlo mejor, recurro a un diálogo de “Dios, una comedia”, obra de teatro de un acto, original de Woody Allen, en la que un actor y un autor de la Grecia clásica están tratando de hallar un final sólido al argumento de una obra dramática:

ACTOR: Toda obra ha de tener un principio, un centro y un final.

AUTOR: ¿Por qué?

ACTOR (Seguro de sí mismo): Porque todo en la naturaleza posee un principio, un centro y un final.

AUTOR: ¿Y un círculo?

ACTOR (Piensa): Está bien... Un círculo no tiene principio, centro, ni final... pero tampoco tiene nada de gracioso.

Sobran más palabras. Creo que el quinto peldaño será la escaleta. Sed felices.

5 comentarios:

atikus dijo...

puff, estaba liado, pero me he leido lo de el otro peldaño y los socios, me alegro que la peli siga su curso!

Jope lo que aprende un ignorante como yo sobre el cine!!
La verdad es que uno no se pone a pensar en exceso en estas cosas cuando ve una peli, salvo cuando ve una en la que se queda sin final, o en la que el comienzo es una patata, o cuando se aburre estrepitosamente, jaja!!

es que aveces deberías mandarles estos artículos a algún que otro director ;)...mira que con lo bien que se queda uno con un final breve y maravilloso, eso, como el que decías del "Hombre tranquilo" sin ir mas lejos ;)

seremos felices,

abrazos

Paco Becerro dijo...

A ver ANGEL, hay que repasar el capitulo de la paginación. Segun tus cuentas, el guion tiene 100 páginas divididas en 20+60+18, y eso no son 100 sino 98.

Si el primer acto tiene 20 paginas, son de la 1 a la 20

Si el segundo son 60, son de la 21 a la 80, ambas inclusive. Porque si es de la 21 a la 81, serían 61 paginas.

El tercer acto no es de 18 páginas, sino de 20, de la 81 a la 100. Si fuera como dices tú de la 82 a la 100, en todo caso serían 19 páginas.

Espero que lleves más claras las cuentas, o si no me voy pallá a echarte una manita.

Un abrazo.
Perdona la maldad.

Ángel dijo...

Gracias, Atikus. La verdad es que también una cosa es la teoría y otra la práctica. Seguro que muchos de esos directores se saben la teoría pero después... espero no ser yo uno de ellos y conseguir adaptar a la práctica todo lo que he aprendido en la teoría. Un abrazo.

Y gracias, Futuro Bloguero. Uuups! Jajaja. No te preocupes, tengo un director financiero, una directora de producción, una contable pagadora y var5ios asesores para las cuentas. Pero te avisaré si necesito refuerzos. Creo que para un guión de 100 páginas eran 25, 55 y 20 páginas (1º, 2º y 3º actos). No obstante, ya ves que siempre ponía "unas XX páginas", "alrededor de", "aproximadamente", es decir: lo importante es guardar la proporción sin obsesionarse con la exactitud: no más de 1/4 para el primer acto y no más de 1/5 para el tercero (el segundo, pues todo lo del medio). Un abrazo :)

atikus dijo...

A FB le vendría de perlas un papel en plan don erre que erre, en plan Paco Martinez Soria;)

Le Mosquito dijo...

No es que haya llegado tarde "a clase", es que estoy escondido tras un pupitre, escuchando ponencias y comentarios.
Qué bien me están haciendo estas entradas, Ángel. Creo que tengo que reunirlas, una vez concluyan, para leerlas con el detenimiento que me apetece; para refrescar aguas olvidadas y para beber de otras muchas que ignoro.
¡Muchas gracias!