domingo, julio 19, 2009

Guillain-Barré

Nunca se me olvidará ese nombre. No os voy a aburrir con la definición del síndrome de Guillain-Barré. Para los que estéis interesados, simplemente me remito a la explicación que de él hacen en Wikipedia.

Todo esto viene a cuento de que hace muchos días que estoy desaparecido. En concreto, el pasado martes 30 de junio sufrí una pequeña gripe (no os preocupéis, no era la A) que terminó con una gran fiebre esa misma noche. Al día siguiente, empecé a sentir cómo se me dormían los dedos de los pies. Un día más y ya sentía un hormigueo en ambas plantas. A los tres días, tenía dormidas ambas extremidades inferiores de rodilla para abajo y ya comenzaba a sentir el mismo hormigueo en las yemas de los dedos de las manos.

Aconsejado por mi fisioterapeuta (y amigo) Moncho, acudí a Urgencias en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, ése que veis en la foto —el mismo, por cierto, que se mencionaba en el trasplante de órganos al principio de la almodovariana “Todo sobre mi madre”—, donde a la media hora me estaban realizando pruebas de todo tipo: tac, rayos, electros, analítica, etc., para terminar, ya a las diez de la noche, con una punción lumbar y un electromiograma de regalo a la mañana siguiente.

Conclusión: padecía el síndrome de Guillain-Barré, afortunadamente bastante leve, bien diagnosticado y a tiempo. No quiero deciros cuáles fueron mis primeras sensaciones aquella primera noche que pasé en Urgencias. Aunque me sentía como un personaje de la serie de House ante tan rara enfermedad —por lo visto sólo la padecen uno de cada cien mil pacientes—, en seguida me dieron muchos ánimos tanto en el servicio de Urgencias, como en la planta de neurología del CHUAC en donde quedé internado y a tratamiento durante una semana y pico.

Allí estuve, en una preciosa y funcional habitación de la planta séptima, compartida con Fernando (siempre acompañado por su mujer Marga, que es enfermera) que ha sufrido tres aneurismas y se recupera también muy favorablemente, y rodeados por un batallón de diligentes enfermeras, bajo los cuidados de la doctora Facal. Desde aquí quiero darles las gracias a todas por el fantástico trato recibido. Muchas gracias también a Susana y Laura y a todas las visitas y llamadas recibidas de los pocos familiares y amigos que se enteraron de mi ingreso. Ah, y a los bombones de Lore, que son una dulce tentación para mi dieta... :)

Ahora ya estoy de regreso en casa y, aunque tengo las piernas agarrotadas como algarrobos y la recuperación es lenta y requiere rehabilitación (que comenzaré el día 28 en el Hospital de Oza), parece que las probabilidades de recuperación al 100 % son totales. El 24 de agosto tengo que volver a consulta y, mientras, estoy de baja, leyendo mucho, comenzando a escribir y aprendiendo de nuevo a caminar (ya lo hago bastante bien ayudado con un bastón, préstamo de mi cuñado Manuel, más que nada para no perder el equilibrio), dando largos paseos por mi hermosa ciudad de A Coruña, donde llueve en julio como si fuera abril y huele a humedad y salitre como en las mareas vivas de finales de septiembre. Eso sí, a mi ritmo: espero en los semáforos a que se ponga verde (aunque no venga ningún coche), sólo cruzo por los pasos de peatones, utilizo el autobús (imposible conducir, claro), etc. En definitiva, ahora que no puedo correr, estoy aprendiendo a tomarme la vida con más calma.

Y ¿sabéis una cosa? Lo que más me fastidia de esta situación es no haber bailado más en mi vida. ¡Hummmm! No sabéis lo que me apetece bailar. Cuando me recupere será lo primero que haga… Quizá hasta me decida a aprender claqué. Y, como cantaron Chavela y Sabina, que el fin del mundo me pille bailando... Os iré informando. Sed felices.

14 comentarios:

Le Mosquito dijo...

Después de todo lo acontecido, celebro que estés en vías de recuperación.
Cuando iba por el segundo párrafo de tu relato, llegué a pensar que me había metido, por error, en algún blog de clientas de peluquería (secador, rulos, laca...), pero ya veo que, finalmente, la entrada me ha ido al pelo.

Abrazo.

Unknown dijo...

En unos días te iremos a dar un abrazo en directo, Angelito. Espero que tu recuperación no impida dar una carrerita para abrir la puerta y recibirnos...

Menudo susto, tú.

La vida despacio es mejor, seguro que sí.

Abrazos flojitos...

atikus dijo...

No hay nada como salir del Hospital y sentir el aire fresco...digo que eso sentiran los presos tambien despues de una temporada..puff se me va la pelota jeje!!

Bueno ¿y no te dió por tocar la guitarra como a Julio Iglesias?, mira que así quizás en lugar de bailar te ponias en la orquesta, para el caso, casi lo mismo!


Bueno recuperate del todo que es lo importante

Uno que sabe de punciones lumbares y electromiogramas jeje!!

abrazos

Carla Capeáns dijo...

Ángel,espero que te recuperes pronto.
Unha aperta moi moi forte!
Biquiños

marlia dijo...

Cuando superes todo esto no va a haber quien te tumbe!!!!

Un besazo

María

Ángel dijo...

Gracias, Mosquito... Jaja! ¡Clientas de peluquería! Muy bueno. Pues aquí seguimos... al pie (dormido, eso sí) del cañón. Un saludo.

Un abrazo, Paco. Pues sí, despacio mejor! Susto también pero la cosa mejora a pasos agigantados (qué ironía... jaja) Un abrazo.

Gracias, Atikus. No me dio por la guitarra, como a Julio Iglesias. En lugar de eso pedí que me trajeran "El inglés en 7 días"... pero nada, no hay tu tía.

Grazas, Carla. Parece que vou mellorando. Apertas tamén para ti :)

Pues sí, María... ya sabes, como dijo Nietzsche, todo lo que no nos mata nos hace más fuertes ;) Besos

Santi dijo...

Y vas y te pones malo para el percebe, mecachis...
Pues yo creía que estaba leyendo el guión de uno de los capítulos de House, que por cierto, me encanta!.
Desde la web de Fariño y creo que en nombre de todos los ciber-amigos, te deseamos una pronta recuperación y entre tanto algún que otro atracón de bombones que no es que ayuden mucho, pero te alegran la vida. Un abrazo!

Ra dijo...

Abracito reenergizante desde a Costa da Morte,o de la Vida, Don Ángel!

Anónimo dijo...

Somos tu familia ourensana...acabamos de leerte ahora!!!. Esperamos que todo sea muy leve y que el baile llegue prontito...
Un saludiño...

Juan Alberto dijo...

Amigo Ángel espero que pronto puedas dar esos largos paseos por nuestra amada ciudad de A Coruña. Quizás, coincidamos algún día por el paseo marítimo en un feliz atardecer, de esos de verano desde el Orzán, tu totalmente recuperado y con el susto de ese mal, de nombre impronunciable, olvidado.
Un abrazo.

Sara. dijo...

...Llego un poco tarde, yo te veía bailando por Brasil...y me temo que el hospital no tiene tanta chispa....Me alegro que estés de alta y comenzando la rehabilitación....Muchísimo ánimo, sé que no es fácil pero también sé que yo quiero ver más películas, quiero coger más piruletas de corazón y quiero llorar de la risa al ver tu cine....así que por favor, sigue adelante y ten compasión de nosotros que esperamos Traíñas con mucha curiosidad....Ánimo, si necesitas algo o tienes alguna pregunta...aquí estoy (sararesb@yahoo.es), mucho ánimo. Bicos.

Sara.

Anónimo dijo...

Jops, pobre!! Espero que estés mucho mejor ^^
Un besazo y mucho ánimo!!

Anónimo dijo...

Vaya, Ángel, hacía tiempo que no paseaba por aquí, y me he llevado la triste sorpresa... espero que ya estés mucho mejor. ¡Ánimo!
Es curioso: a mí me están haciendo pruebas porque me ocurre algo similar, pero en las manos. Se me duermen, se quedan insensibles, se atrofian... Así que seré tu colega de electromiograma en breve... Claro que lo que puedo tener yo es mucho más vulgar, algo así como el "Síndrome del túnel carpiano".
Bueno, pues cuando nos recuperemos podemos echar la vista atrás, y recordar aquellos cutres guateques de nuestra época del cole. No sé cuál sería la extraña posturita para bailar, siento yo tus piernas y tú mis manos...
;-D
Cuídate mucho.
Pili Alonso

Anónimo dijo...

(...Quería decir "siendo" yo tus piernas y tú mis manos...)