Es una afirmación que siempre debéis tener presente. Lo complicado es elaborarla, no idearla. Pero ¿de dónde surgen las ideas? Los antiguos pensaban que nos las inspiraban las musas. Perfecto. Pero a las musas hay que salirles al encuentro pues no nacen por generación espontánea o, como muy inteligentemente señaló Picasso, “la inspiración siempre nos asalta cuando estamos trabajando”. El guionista Lewis Herman confeccionó un Cuadro de Ideas —o musas— en su “A Practival Manuel of Screen Playwriting”(1951) que, algo retocado por un servidor, a mí me ayudan enormemente para mi trabajo. Por cierto, fundamental tener siempre en nuestro bolsillo un Cuaderno de Ideas o Anotaciones, un instrumento de trabajo esencial para el guionista. Las ideas nos sorprenderán en cualquier momento o lugar y, si no las registramos, acabaremos por recordar solamente que hemos tenido una idea... ¡pero no cuál! Yo, que para estas cosas soy un poco pijo, utilizo una Moleskine como la de la foto de arriba (en donde, como veis, también hago mis pinitos como dibujante).
A lo que íbamos. A equivalencia de las clásicas, nuestras musas también son nueve, a saber:
1.-Musa por Encargo: La más simple. Florece cuando alguien nos confía la escritura de un guión dándonos un punto de partida. Normalmente suele ser solicitada por un productor o un director. Para potenciar esta musa debemos enviar currículums y asistir a estrenos, saraos, fiestas o bares de copas frecuentados por productores y directores (dándoles mucha coba).
2.-Musa de la Retrospectiva: Surge, gracias a la memoria, de nuestras vivencias personales y anécdotas biográficas (a ella hacía mención Juan Alberto en su comentario al post de ayer). Para espolearla, recomiendo ojear álbumes de fotos familiares, organizar cenas con amigos de la infancia, dedicar tiempo a nuestros padres y abuelos, etc.
3.-Musa de los Mitos: Brota por reflejo de algún mito clásico de la antigüedad que, con tanto acierto, utilizaron muchos autores, Shakespeare entre ellos (Macbeth, la ambición; Otelo, los celos, etc). Por supuesto, nos ayudará mucho leer a los clásicos, especialmente os sugiero “La metamorfosis” —un auténtico compendio de historias, imprescindible para cualquier guionista, en donde se recogen todos los argumentos que se os (nos) puedan ocurrir en toda nuestra vida, sólo hay que cambiar las circunstancias— y “El arte de amar” de Ovidio —que también os servirá para más cosas... jeje—.
Mañana me voy a Madrid, si encuentro algún sitio con Wifi continuaremos con las cinco musas que todavía nos faltan, a saber: reseña, adaptación, pesquisa, sensación e inducción. Si no tengo suerte, pues continuaremos el lunes.
Sed felices.
3 comentarios:
Yo uso retrospectiva metafórica xD.Dícese de cuando te da por mirarte el ombligo con un ego de solemnidad y acabas dándole una dimensión de tragedia greco-romana a cosas aparentemente sin importancia para convertirlas en disertaciones sobre tu modo de ver el mundo. Y también uso la moleskine.
Por eso aún está vacía ...:/
PD: Como se que le gustan los cortos, aquí le dejo ésto:
Substantia
Oye, tomo nota... Mira que si aprendo...
Bravo
Interesantísimo blog. El futuro bloggero me trajo hasta aquí, y prometo reincidir
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